La Fanzineria Presenta


Desde los albores de nuestra existencia, hemos venido usando la escritura, para trasmitir conocimientos, experiencias, deseos y sentimientos, las personas nunca dejaron de buscar medios con los que poderse expresar y comunicar entre ellos, desde los primitivos, hasta los de última generación
Pero quizás, el arte de escribir fuese el más capaz en sobrevivir pese a las nuevas tecnologías, por su capacidad expresiva, o puede que hasta por su belleza, lo cierto es que desde tiempos inmemorables habita con nosotros en todo momento.

Las historias, poesías, escrituras y obras artísticas que aquí se muestran, están redactadas por gente como tú, así que si quieres colaborar, puedes enviar data que consideres de interés, ya porque sean curiosos, divertidos, o conlleven moraleja y aporten algo de arte a los demás, si deseas enviar textos, puedes hacerlo a:

fanzinart@hotmail.com.ar
fanzinart@gmail.com
fanzinart.blogspot.com

FACEBOOK

My Great Web page

martes, 15 de marzo de 2011

Carlos D. Fregtman - El Tao de la Musica (extracto)

El Ritmo que conecta – La pulsación Vital

La exteriorización mas espontanea del hombre se manifiesta bajo el aspecto rítmico. El sentido humano del ritmo es una disposición instintiva, a través de la cual agrupamos ciertas impresiones sensoriales recurrentes, vividas y precisas. Este proceso se fundamenta en la capacidad subjetiva de reagrupar latidos en estructuras, y no en la “persecutoria” compulsión de exteriorizar con absoluta y perfecta precisión células rítmicas. Dependiendo del ritmo para pensar, sentir, movernos o actuar en forma eficaz y fluida, así como para percibir adecuadamente los estímulos exteriores y reacción ante ellos.
La música y el ritmo son más que espejos de las estructuras cósmicas, por eso constituyen una importante vía para reconectarnos con los orígenes más distantes y remotos. Antes de que nosotros toquemos ritmos, los ritmos nos tocaron a nosotros. La estructura basal de la música es similar a cualquier estructura basal de elementos cinéticos.
Todo el universo es vibración, que según su orden de frecuencia (cantidad de vibración por segundo), se presenta en oscuridad, luz, color, sonido y forma, respetando el orden de aparición. En un altísimo grado de aceleración vibracional se halla la oscuridad que se convierte en luz; en una frecuencia menor, las sombras luminosas generan color, los colores se transforman en sonidos, y los sonidos crean formas más o menos duraderas. Estos diferentes estadios de densidad reproducen la manifestación de este planeta y los orígenes de la materia.
El sonido percibido por el ser humano es de una gama de frecuencia localizada entre 16 y 20.000 Hz (frecuencias sónicas), banda relativamente pequeña – dentro del aspecto de los ritmos universales- que a partir de nuestro aparato perceptual decodificamos como “sonido”. Hay otros animales que recepcionan bandas mayores (el silbato para perros es inaudible para nosotros). Por debajo de los 16Hz hay frecuencias ultrasónicas, también inaudibles para nosotros, nos afectan de formas no conocidas plenamente. Las frecuencias extremadamente altas fluctúan de centenares de millones de ciclos por segundo y pueden percibirse y pueden percibirse en forma de calor en la piel, por lo que se denominan térmicas. En una nota grave de un órgano catedral (de aproximadamente 16 a 32Hz) los pulsos se sienten claramente en nuestro cuerpo, sobre todo en el plexo solar (zona de resonancia de bajas frecuencias), posiblemente como un “motor” o un instrumento de percusión, granuloso y alternante.
Nuestro comportamiento es una ondulación constante porque estamos formados por corpúsculos ondulantes. La materia no es solida, sin movimiento y vibración; todo vibra rítmicamente. Si miramos nuestra solida piel en un microscopio electrónico, descubrimos que existe un mundo de apariencias acuáticas que se mueve rítmicamente en una inalcanzable danza de la vida. Cuanto más nos aproximamos dentro de las moléculas, descubrimos nuevas partículas danzantes y más pequeñas: protones, positrones, electrones, neutrones, quarks. Todo se disuelve en formas y vacios, en pautas y estructuras.


Una de las funciones del ritmo en nuestro organismo es la integración de sus distintas partes y la armonización con los pulsos exteriores. Ejecutamos  una continua música en nuestra vida y por una tendencia innata, tendemos a la consonancia en contra de un desorden disonante. Nuestra orquesta cerebral, cuando actúa afinada nos proporciona la conexión de nuestros pensamientos y actos con la ley gravitatoria terrestre y con el equilibrio como estructura unitaria expansiva de la Conciencia, a través del sistema vestibular.
El ritmo es el equilibrio que permite expresar lo inexpresable y sostiene nuestras emociones; es la base de todo movimiento humano en el espacio, incluyendo la música. Desde el pulso de nuestros silencios y sonidos, al equilibrio de la sangre entre alcalinidad y acidez, o la relación complementaria orto y parasimpática del sistema nervioso, estar en equilibrio es respetar la dinámica rítmica universal y el mensaje del cuerpo conciente.
En las palpitaciones de nuestro corazón, en el acto respiratorio o en la marcha regular, todos poseemos la capacidad expresiva de impulsos perfectos en un equilibrio eterno. Nuestra misión consiste en unirnos a ese pulso y acompasarnos plenamente con el tiempo presente.

“ El profano mira,
El Sabio ve,
El liberado percibe el ritmo de los ritmos”


Escuche su interior
Una persona con autentico equilibrio rítmico, también tiene bien equilibrado su cuerpo, con el peso distribuido por igual entre ambos pies y con una sensación de asentamiento se abren paso y hunden sus filamentos para más tarde poder fructificar creacionalmente.
Cuando experimentamos una “pérdida de ritmo”, esta habitualmente proviene de una perdida de equilibrio y anclaje inestable y erróneo de nuestro centro de gravedad fundamental. Podremos anclar nuestro cuerpo de diferentes formas a partir de un centro de gravedad distinto. Los occidentales generalmente nos centramos alrededor  de la cabeza, nuestra respiración es pulmonar y la base de sustentación corporal es particularmente inestable. Pensemos en una pirámide invertida, con gran “cabeza” y poca “base”.

 
 

Los orientales anclan su cuerpo alrededor del punto del ombligo y el plexo solar, su respiración es abdominal y su base de sustentación es firme y estable.




En una persona con las primeras características sus ritmos vitales responden a este patrón de desequilibrio e inestabilidad. Hay nociones que se relacionan desde sus orígenes: movimiento, ritmo, equilibrio, postura, toma de conciencia del cuerpo y su respiración, relación con el espacio y el tiempo.

Ejercicio de equilibrio y ritmo

Sugiero una experiencia.
Siéntese en una silla… espalda y cintura blandas, columna suavemente erecta… los brazos extendidos naturalmente a los costados del cuerpo, con las yemas “a tierra”…
Apoye sus pies sobre el borde exterior de las plantas… registre su forma de conexión con el suelo… cierre suavemente los ojos…
Respire suave y silenciosamente…
Escuche su ritmo interior…
Al comienzo, seguramente se distraerá con facilidad, pero poco a poco comenzara a percibir una marea rítmica interior fascinante que capturara su atención…
El suave flujo y reflujo de su respiración funciona como telar de fondo en donde se tejerán innumerables pulsos rítmicos.
Latidos… ondas… emociones… ritmos… pulsaciones… tiempos… espacios…
Comience a registrar la incidencia de su “audición interior” en l forma de arraigar o asentar sus pies en el suelo… la relación entre contacto firme y pulsación de equilibrio rítmico es directamente proporcional.
Cuando más sereno y parejo (sin baches) es su ritmo vital, más asentado sentirá su peso a la tierra y todo su cuerpo se pondrá en mayor contacto con la realidad. Sea paciente y sensible, no demande resultados inmediatos.
Seguramente su respiración se ha profundizado espontáneamente.
Escuche su ritmo interior…
El latido natural de su propia vida…

1 comentario:

  1. hola muy buena nota! , donde podré conseguir El Tao de la Música de Carlos D. Fregtman esta agotado! saludos!

    ResponderEliminar