FanzinArt Septiembre 2011 - Primavera Queridaaa!!!!

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MES DEL OIDO

La música de la vida, corre el riesgo de perderse en la música de la voz.

Mahatma Gandhi

Si se llega a estar lucidamente atento, se dispone de una extraordinaria energía… esta energía de la atención es la libertad.

Krishnamurti.

HIJO DE LAS ESTRELLAS

LA VOZ DE LA VIDA

Al reflexionamos acerca del origen de nuestra vida, nos preguntamos sobre la razón por la cual estamos vivos.

Sutiles e infinitas acciones se organizan en un maravilloso y perfecto contrapunto de funciones y formas armoniosas, más allá de nuestros planos de organización racional.

Pero en nuestra realidad cotidiana, esta armonía es habitualmente contrariada. Las exigencias acuciantes de la “vida moderna”, la responsabilidad apresurada, la atención permanente fijada en el requerimiento externo, “nos descentran”.

Acumulamos riquezas (de esas que se pierden en los naufragios).

VIVIMOS EN UNA SONOFERA

En mayor o menor grado existe un “murmullo general” constante a nuestro alrededor, un mundo sonoro que nos envuelve, rodea y acompaña.

De todas las experiencias que nos afectan, el olor y el ruido son las más difíciles de resistir y evitar.

El oído es un órgano receptor asociado con la orientación general del cuerpo.

ESCUCHAR EL ENTORNO

Pese a que no nos detenemos a escuchar, nuestra sonófera nos implica y afecta poderosamente. Nos conmueve por entero física y mentalmente.

Nos encontramos tan llenos de palabras, que los sonidos puro y reales no tienen espacio en nuestro ser.

Vacuidad. Quietud.

Abierta actitud de escucha.

La cerrazón auditiva nos inhibe como resonadores plenos, de sonidos que nos circulan y son, de hecho, muy expansivos y energizantes. Acorralamos herméticamente nuestro cuerpo y los sonidos no pueden ingresar. Este acorazamiento no es generalmente voluntario, pero la expansión placentera experimentada con ciertas músicas, nos brinda un modelo yuxtapuesto a la contracción angustiosa del bloqueo emocional estático.

Verifique usted mismo las diferencias de audición y atención en estos casos:

a). Adopte en los ojos una expresión de cólera: mirada dura y brillante, “sacando chispa”, fijando y concentrando la visión en un objeto o una persona.

b). Deje la mirada suave y serena; sin empujar, concentrar o fijar la vista en algo en particular; mirada “blanda”, global.

Extracción y recopilación del libro:

EL TAO DE LA MUSICA

(Carlos D. Fregtman)

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Personaje de Septiembre

MIGUEL OSCAR RETAMOZO

“Mi primer contacto con la música y el público fue a los 6 años en la Escuela Nacional Nº 5 de Moldes; canté vestido de coya el tema “Llorando estoy”. En sexto grado, ya en Río Cuarto, formé parte de un grupo folclórico de la Escuela Sarmiento (hoy General Paz) y viajamos a cantar a Buenos Aires.

En 1964 actué en Cosquín en calidad de invitados especiales y como integrante del grupo “Los Changos de Río Cuarto”.  Diuvigildo Yedro, Edgardo Verhaeghe y mi hermano Hugo Retamozo, éramos los miembros de un cuarteto con el que grabamos un disco 33 doble.

Después, formé parte como cantante, hasta que cumplí 20 años, del grupo “Combo Tumacó” un grupo de cumbia colombiana que también hacía música melódica.

Desde  1978 me sumé a diversos grupos corales como el Coro Universitario de la Universidad local; del Coro Polifónico “Delfino Quiricci”; del Coro de General Cabrera; del Coro “Studio”, cantando en todos ellos como solista.

En el mismo año fundamos con Mario Spoto el Grupo  Vocal “Amalgama”, el cual durante veinticuatro años se presentó en muchísimos lugares del país. En Chajarí (Provincia de Entre Ríos) ganamos el Primer Premio como Cuarteto Vocal  como participantes del “Décimo cuarto Festival Nacional e Internacional de Folclore”.

En octubre de 1982, a partir de un concurso presidido por el prestigioso director Gustavo Maldino de la ciudad de Córdoba , fui elegido para integrar el grupo “Azul Musicantes” el cual residía en Francia. Es así que en enero de 1983 viajé a ese país, donde llevamos a cabo varias giras por el interior, coincidiendo en una presentación de música argentina que se llevara a cabo en la ciudad de Pau con Atahualpa Yupanqui. En dicha ocasión tuvimos la alegría de compartir una jornada con él, de hablar de la Argentina y de sus amigos lejanos; debemos recordar que en esa época Yupanqui se encontraba exilado en Francia y aún no había regresado a la Argentina.

Luego volví a la Argentina  e integré nuevamente el grupo  vocal “Amalgama” y continué mi carrera como solista. En Cosquín, en el año 1995, obtuvimos una mención especial. Paralelamente, publicamos con Patricia Lucero una guía cultural, denominada en sus primeros tiempos “Río Cuarto Cultural” y desde el año 2006 “Quetzal”. En dicha publicación que se editó hasta el año 2002, dábamos a conocer toda la actividad cultural de la ciudad como así también breves entrevistas y notas de opinión sobre diversas problemáticas de la cultura local y de la región.

En esos años se nos ocurrió llevar adelante la publicación en una casa antigua donde se viera en vivo la actividad que se realizaba en la publicación y al mismo tiempo instalamos allí un bar. Es así que además de sala de redacción, exposiciones de artes visuales, y presentaciones de música en vivo, creamos talleres infantiles y para adultos de plástica y música, de tango, de periodismo; presentamos libros, como el de Osvaldo Guevara, el de Juan Floriani y el de Nyls Volmaro, conferencias, etc, en el marco de un encuentro semanal de escritores y poetas que recitaban y leían en voz alta sus obras. También fuimos sede por un largo tiempo del Taller de Lectura que dirigía Mónica Parmigiani, en fin, creo que hasta el año 2009, “Quetzal en vivo” tuvo una intervención importante en la cultura de la ciudad.

En ese marco continúo mi carrera como solista y comenzó la de mis hijos que hoy también son músicos.

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ÁNGELES MATUTINOS

Soñé que despertaba en mi cama.    Era de noche… faltaba poco para el amanecer.

Por la ventana de mi habitación, entró Azrael volando –atravesando el vidrio-. Me transmitió en pensamientos, que me invitaba a recibir la mañana como lo hace él.

Salimos volando, planeando el campito de atrás de casa.

Empecé a ver por todos lados, seres de flujo electromagnético, similares a la aurora boreal. Había de todos los colores. Tan brillantes! luminosos! grandiosos!

Yo sabía que eran ángeles, pero de otro tipo… diferentes a Azrael.

Mi alado guardián, respondió a lo que pensaba: “ellos son el Coro”. Mi corazón se infló de amor.

Volaban a toda velocidad. Y cada vez que nos cruzábamos, yo podía escuchar el canto de cada uno. Todos entonaban de manera única, sonidos sin iguales. Era hermoso! Afinaban tonos que ningún canto humano podría reproducir.

Aún era de noche –el cielo de un azul oscuro-.

Azrael me dijo que ellos cantaban para comunicar a todas las especies el mensaje que el Sol tenía para todos en ese nuevo día. Dijo que cada día traían un mensaje distinto y que quienes escuchan el canto de los ángeles matutinos, están preparados para todo el día.

Dijo: “ellos como nosotros, son seres solares. Ellos son el viento matutino. El viento proviene del Sol. Ellos traen información solar para todas las especies.”

Me dijo que los alados encarnados, son los primeros en escuchar y transmitir el mensaje a sus familias. Entonces vi montones de pájaros, parados en postes, ramas, nidos; percibiendo silenciosos la bellísima melodía celestial.

Sentí un amor majestuoso…         

Un respeto divino…

De pronto, los pájaros comenzaron a cantar. Yo sabía que ahora estaban reproduciendo ellos, el canto de los ángeles.

Pude ver simultáneamente, cómo distintas especies comenzaban a organizar su día. Las hormigas decían que iba a llover y que había que juntar comida.

Vi que todas las especies escuchaban y transmitían.

Y vi a los humanos que no escuchaban.

Pude notar cómo las montañas escuchaban mejor que los hombres.

Y desperté.

Carla Giorgis.